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Racionamiento energético, reconversión económica y neorruralización (página 2)




Enviado por choloar



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Desde que los españoles, con su bagaje que
incluía "la lengua de
Cervantes",
"la promesa de Galilea" y "la ley de Roma", pusieron
sus plantas sobre lo
que luego se denominaría América, los pueblos de estas tierras
comenzaron a ser influidos por la cultura de las
sucesivas potencias hegemónicas. Y cuando decimos cultura
o hacemos en el sentido lato del término. Resulta
llamativo al que se aboca al estudio del traumático
encuentro entre la cultura portadora de los europeos y las de los
que estaban aquí "desde el origen", como estas
últimas se han resistido a los designios
"occidentalizadores". El catalogo de respuestas de resistencia es
amplio. Incluso están admitidas influencias de las
culturas precolombinas a la cultura de los
conquistadores.

Vale además consignar-y somos concientes que
complejizamos la
comunicación, pero la preferimos a riesgo del
reduccionismo- que, los mismos conquistadores tenían
grietas profundas entre ellos. De distinta índole. Y las
siguen teniendo en sus versiones actualizadas. A tal punto que
mucho del menú de alternativas al polo que para abreviar
denominaremos G-8, provienen de los mismos países que
intentan imponer la pauta de homogeneización globalizadora
que ya estaba explicita en la Carta de las
Naciones Unidas
de 1945.

Así pues, nuestras cotidianeidades, en nuestros
barios, en nuestras medianas y pequeñas localidades, en
nuestras comarcas rurales argentinas, albergan una inercia
cultural de distintas capas, la ultima de las cuales ha sido
crecientemente impulsada hegemónicamente sobre la
energía proveniente de hidrocarburos.

Partimos, pues en nuestro monográfico abordaje de
la sinergia que
generan las alrededor de 38 millones de personas que habitan el
territorio de la República Argentina. Vale acotar que a
raíz de las recientes elecciones nacionales, había
en disponibilidad para votar 27 personas mayores de 18
años. Según el censo de 1991, había 1610
asentamientos humanos superiores a las 600 personas,
destacándose el Área Metropolitana de Buenos Aires, que
actualmente ronda los 14 millones de personas. En anteriores
desarrollos poníamos el acento en aquellos alrededor de
1.440 asentamientos, de la franja que va de los veinte mil a los
seiscientos habitantes. Asimismo conjeturamos, basados en el
esquema desplegado en el esplendor del sistema
ferroviario, en por lo menos mil asentamientos humanos
más, inferiores a los 600 habitantes. Ellos no incluye la
población rural dispersa.

 El abrevar en la obra del mallorquín
Ramón
Lull(1232-1315), nos ha familiarizado con sus esquemas
combinatorios con colores, letras,
y figuras geométricas, en el que muchos ven los primeros
atisbos de la
computadora. Haciendo un uso libérrimo y a su vez
limitado por nuestras propias capacidades de ese arte
combinatorio; comencemos las precisiones de nuestro abordaje,
considerando como los lados de un triángulo a los
tres conceptos, que conforman el título de la presente
comunicación. Ellos son: racionamiento
energético; reconversión económica, y
neorruralización. Antes de continuar el desagregado en
otras figuras geométricas, vale consignar que nuestra
comunicación transita por el camino del esbozo, tal cual
se emplea en arquitectura.
Aunque la herramienta informática hoy permita puntillosas
planificaciones totalitarias que materializan los anticipos de
Huxley y Orwell, hacemos profesión de fe de la libertad como
esencia de la condición humana. Y no nos extraña
que detallados memorandos descriptivos de tareas informatizados
terminen en el fracaso en que han terminado los intentos de
plantificación que han pretendido pasar del modo
indicativo. De esto se desprende que tampoco lo que se
insinúa tiene pretensión de política
pública. Tan solo intenta comunicar estos contenidos a las
personas para que en sus respectivas circunstancias, comenzando
por su grupos
familiares, por las entidades de bien publico, las empresas o
la constelación de poderes públicos en las que
encuadran sus respectivas existencias puedan dar respuestas o
replicas dúctiles, flexibles y vivaces, a los
interrogantes que ya se plantean de manera diversificada,
compleja, contradictoria, imprecisa, incierta y hasta
incontrolables.

Hecha esta digresión podemos imaginar que en las
tres dimensiones que formaliza el triángulo, comienzan a
diferenciarse las situaciones, que convierten a ese
triángulo en un poliedro de tantos lados que comienza a
asimilarse un circulo y  con las tensiones y
dinámicas generadas por esa diversidad de dimensiones el
circulo tiene a descentrarse, y a parecerse a una elipse.
Podríamos superar las dos dimensiones y en la tercera
estaríamos fuente a un volumen
ovoide…Pero consideramos suficiente lo insinuado
precedentemente para captar la complejidad de la
cuestión.

Perogrullescamente "racionamiento energético"
supone escasez de
recursos
energéticos. El termino racionamiento, de connotaciones
desagradables e impolíticas, se conoció por estas
latitudes en el decurso de la Segunda Guerra
Mundial.

 Durante el transcurso de la Gran Guerra
(1914-1918), Argentina, inserta en el esquema de división
internacional del trabajo
encabezado por Inglaterra, era
proveedora de "frutos del país" y importadora de
manufacturas de los países participantes en la
conflagración. Estos obviamente dieron prioridades a sus
requerimientos propios de abastecimiento, y pusieron en evidencia
la vulnerabilidad de la Argentina, vulnerabilidad que fue
manifiesta en el funcionamiento del Ejército y la Marina
de Guerra. Aleccionados por esa traumática experiencia, se
fueron generando medidas preventivas. Una de ellas fue el
"racionamiento" de insumos considerados estratégicos. Una
de las consecuencias de ese racionamiento fue la
industrialización del país a partir de la
década del cuarenta.

En los tiempos que corren se trata de considerar la
dimensión del "racionamiento energético",
dimensión indesglosable de las otras dos macrodimensiones
que dan lugar a este desarrollo.
Por suerte, no tenemos la exclusividad de la toma de conciencia de la
crisis
energética. Aunque haya cuestiones de énfasis. Debe
reconocerse que aunque no se utilice el término
racionamiento, y como respuesta a la toma de conciencia del
agotamiento de los hidrocarburos, se están adoptando
medidas sobre el particular. Como sucede con todo evento
trascendente, estas medidas pueden partir de las personas
individualmente, de las entidades de bien público, de las
empresas y de los poderes públicos. Pero esas medidas- que
incluyen consejos dados a través de los medios de
comunicación, así como la comunicación
que fluye libremente por la Red, coexiste con guarismos
records en materia de
fabricación y venta de
automotores, o el que se celebre como positiva la construcción de nuevas autopistas o caminos
pavimentados. Coexistiendo asimismo en los medios de
comunicación medidas para racionar los consumos
energéticos, con secciones dedicadas exclusivamente a
promocionar los nuevos modelos de
automóviles.

La peculiar relación de una franja significativa
de la población argentina con los automóviles, es
un capitulo de la relación de esos vehículos y las
personas en el mundo que se denomina civilizado, o en aquellas
partes que quieren sentirse parte de él. Como ya se lo ha
estudiado hay hondas implicancias psicológicas, tal como
han sido puestas en evidencia hace poco tiempo por la
autora argentina Roxana Kleimer.

 Atento a que la noción de "lo más
importante", en nuestra estimativa tiene menos
relevancia que la de "Hasta el pelo más delgado hace
su sombra en le suelo", se nos
hace que junto al racionamiento de los consumos
energéticos domiciliarios, la "clave de bóveda"
pasa por una disminución exponencial y acelerada del
consumo de
carburantes por parte de los automotores. Se debe asumir la
relevancia en materia de consumo de hidrocarburos,
contaminaciones multidimensionales y accidentología, que
comportan los ocho (8) millones de automotores que actualmente
circulan en la Argentina. A esa magnitud, agreguemos, que un
guarismo de 1,75 % del Producto Bruto
Interno, es el costo de los
accidentes
automovilísticos.

Esa disminución exponencial y acelerada que
venimos propiciando, presenta restricciones muy hondas de tipo
cultural, e insinúa las resistencias
casi naturales al racionamiento en otros rubros y dando una idea
de las voluntades a direccionar para esos cambios. En este punto,
vuelve a plantearse sí ello podrá operarse por el
libre juego del
mercado o si
serán necesarias políticas
activas enérgicas y sostenidas, que es la nueva
dominación que se da a la intervención
gubernamental. Como para otras consideraciones, volvemos sobre la
alegoría del espectro, gama o "arco iris", y aquí
podemos poner en uno de los polos de la gama a la máxima
ingerencia estatal posible y en el otro a los mercados de
competencia
perfecta, dando u punto intermedio a las iniciativas
comunitarias, aunque tengan alcances muy distintos, las que se
encuadran como "ONGs", sponsoreadas por esquemas globalizadotes,
y las tradicionalmente conocidas "entidades de bien
público", que en Argentina hay muchas que superan el siglo
de trayectoria.

La envergadura del problema que abordamos, tiene un
significativo síntoma en la gestación y comienzo de
implementación de lo que conoce como Responsabilidad
social empresaria(RSE),surgida hace pocos años en el
foro Mundial de Davos.
Pareciera que hay lugar para todas las posiciones en estas
cuestiones. Y nos resulta difícil establecer los límites de
cada una de ellas. Debe recordarse que como consecuencia de un
proceso que
lleva más de medio siglo, casi todos los resortes de la
economía
argentina están vinculados a la corriente de globalización. Ni siquiera las centrales
sindicales han escapado a ese proceso. Desde el punto de vista
institucional y en el contexto del pleno funcionamiento del
estado de
derecho, el Parlamento argentino, ha ratificado los convenios
que facilitan esta corriente globalizadora, recordándose
que acorde a la última reforma constitucional de 1994,
estos tratados
ratificados tienen jerarquía superior a las leyes.

Mas como sostenía Andre Marshal en su "Sistema y
Estructuras
económicas", de 1955, en todo régimen
económico hay vestigios de lo que fue y anticipos o
"pródromos" de lo que vendrá. Nuestras investigaciones
nos han llevado a concluir, que sin abdicar
ideológicamente de la idea de la Argentina como
Estado
consolidado, en términos antropológicos o
etnológicos hay varias "Argentinas", o dicho de otro modo
que somos un aglomerado humano multiétnico y
pluricultural. Ello permite inferir que hay distintas geoculturas
o plataformas existenciales para emprender acciones de
racionamiento energético. Es curioso como aquellos
sectores que han quedado excluidos de las ventajas que
irradió la asimilación un poco caricaturesca del
"american way of life", están en mayor capacidad y
aptitud, para sobrevivir en un mundo donde los hidrocarburos
tiendan a desaparecer o a tener costos que pocos
puedan cubrir. Tal el ejemplo de los procesadores de
residuos urbanos, mas conocidos como "cartoneros", que
creativamente van neutralizando la crisis de carburantes con el
empleo de la
tracción a sangre humana y
animal.

Sin dejar de tener en cuenta, que la presente, es una
comunicación monográfica, y al solo título
de ejemplo extrapolables a otras situaciones, al modo que se hace
en el mudo anglosajón con el marbete de "best practices",
se podrían poner a consideración, estas
experiencias de los cartoneros u otras similares como la de los
aborígenes argentinos que aran con bueyes o que desplazan
cargas con tropas de llamas en el Altiplano, y generar tanto
desde los sectores empresariales, comunitarios o estatales,
desarrollos tecnológicos que optimicen estas iniciativas
surgidas de necesidades extremas, teniendo en cuenta que la
tracción a sangre humana y animal, formo parte de la
batería de respuestas utilizadas en Argentina, antes que
el llamado "modelo de
sustitución de importaciones",
llevara a que se sustituyera aquello que daba muestra de
aparente ineficiencia.

Más el tema sigue siendo la minimización
perentoria del parque automotor, comenzando por los
automóviles particulares. La toma de conciencia de la
magnitud del problema, vendrá en el momento no muy lejano,
donde haya que importar hidrocarburos a precios de
mercado internacional. Allí los poderes públicos no
podrán dejar de fijar prioridades, que a primera vista son
las industrias; la
actividad agrícola – ganadera ; el transporte
público de personas y mercaderías, así como
servicios
públicos esenciales. La actual provisión
proveniente de fuente hidroeléctrica y nuclear será
insuficiente, y solo abruptas bajas de la demanda de
hidrocarburos y racionamiento de los consumos familiares,
permitirán mantener en marcha el proceso productivo. Las
resistidas medidas "impolíticas", por tratarse de servicios
públicos deberán asumirse. La dirigencia
política sabe que no es gratuito por ejemplo prohibir
partidos de fútbol nocturno o las transmisiones de los
mismos en "horarios pico". Más con una adecuada docencia,
puede contribuirse a que cantidades crecientes de personas tomen
conciencia del cambio de
paradigmas que
se ciernen sobre sus respectivas existencias. Contenidos como los
de esta comunicación, aspiran a hacer aunque
más no sea una ínfima contribución a
aquél propósito. A título meramente
indicativo, nos parece que para sumarse la las invitaciones
empresariales y comunitarias, serian de alto impacto a los
efectos aquí propuestos, que se utilizaran los espacios
gratuitos de que dispone en toda radiodifusora o teledifusora por
aire, el
Comité Federal de Radiodifusión. Los contenidos
podrían ser aportados conjuntamente por el Consejo Federal
de Cultura y Educación y el
Consejo Federal de Medio
Ambiente, para que de esa manera los consejos o sugerencias o
mejores practicas de racionamiento energético, sean
tratados posteriormente como contenidos de refuerzo en las
alrededor de cuarenta mil escuelas que integran el sistema
educativo argentino: La minimización del consumo de
hidrocarburos en motores de
combustión interna, o en el empleo de
electrodomésticos, se debe acompañar, por cuanto
comporta disminuir el consumo de una materia prima
en curso de agotamiento, en la elaboración de plásticos.
Los plásticos reemplazaron a los envases de vidrio y de
papel, y deberían utilizarse para la elaboración de
utensilios en los que realmente tiene ventajas
ostensibles.

Atento la indesglosabilidad de la fluencia o flujo
vital, pasamos sin solución de continuidad a otra de las
macrodimensiones cual es la de la RECONVERSIÓN
ECONÓMICA.

En un principio habíamos pesado en utilizar la
noción de "reconversión productiva",
dimensión de por si asaz abarcativa, pero se nos ocurre,
aun sumando complejidades incorporar a las restantes etapas de la
actividad económica cuales son, acorde a la Economía
Política clásica: la circulación, la
distribución y el consumo. Algunos le
adicionan la variable tecnológica, y nosotros creemos que
la misma es transversal a las cuatro etapas de la economía. Se dice que
la tecnología es un arma de doble filo.
Nosotros somos partidarios de la asimilación crítica
tanto de las tecnologías apropiadas como de las llamadas
"tecnologías disruptivas". Creemos que hay muchos
desarrollos tecnológicos que pueden ser funcionales a una
actividad económica sostenida o sustentable, sea a
través de nuevas aplicaciones o productos, sea
a través de su utilización para la reingeniería de productos caídos en
desuso, pero que ganarían en eficiencia (sobre
todo energética) con los nuevos materiales y
desarrollos tecnológicos. Pero no debiéramos
olvidarnos del destinatario último de todos estos afanes
que son las personas, que son creadoras de la cultura en sentido
lato. Se trata de compatibilizar el desarrollo
sustentable o sostenible, para las generaciones venideras,
mediante "empleo decente" en una "globalización justa",
estos dos últimos conceptos vale consignar forman parte de
la actual batería conceptual de la
Organización Internacional de Trabajo (OIT).Y
aquí es donde aparece en todas sus implicancias la
noción de Reconversión económica. Dicha
reconversión no solo debe generar desempleo sino
generar empleos adicionales a la oferta de
trabajo existente, de por sí insuficiente en función de
la magnitud de la población económicamente
activa(PEA). Raya en lo ilusorio, predicar una
reconversión económica sin traumas, pero es por
demás deseable que esa reconversión sea lo menos
traumática posible. Y aquí radica uno de los
mayores desafíos para los que debemos preparar el
ánimo.

Los estudios recientes realizados por la
Defensoría del Pueblo de la Nación(dependiente del Congreso federal
argentino) sobre las cuencas de los ríos Matanza –
Riachuelo,  y Reconquista, demuestran que lo sustantivo
del sistema industrial de la Argentina se concentra
allí con alrededor de doce mil industrias. De allí
se genera un componente significativo de la contaminación ambiental, pero
paradójicamente de allí se generan una parte
significativa de los empleos más genuinamente productivos
del país. Es dable suponer que la inmensa mayoría
de esas industrias- casi todas ellas pequeñas y medianas
empresas- no pasarían ningún estándar
exigente de calidad
ambiental, por ejemplo la norma ISO
14.000. Llamativamente las filiales de las transnacionales,
son las únicas que pueden demostrar (siguiendo las
políticas fijadas con su matrices) que
ellas sí minimizan la
contaminación. No se necesita agregar la desocupación que generaría una
drástica política pública de exigencias
ambientales. A esta faceta del complejo problema, se suma la
circunstancia de que muchas industrias deberían
"reconvertirse" para fabricar productos, que sean "amigables"
ambientalmente y funcionales a esquemas sustentables. (Pensemos
en la industria de
autopartes y en los servicios que demandan los ocho millones de
automotores en circulación.).En este sentido
deberían generarse ámbitos de concertación
para realizar estas reconversiones, que necesariamente implican o
bien reconversiones de las capacidades productivas y laborales, o
bien adaptación del sistema educativo (que no es
precisamente un modelo de flexibilidad en materia de atender los
cambios de demandas en materia de nuevos perfiles laborales),
para los nuevas esquemas productivos.

 Como se ve, la tarea es casi intimidante, pero al
no haberse hecho en otros tiempos una racionalización de
la producción y una adecuada organización del territorio, ahora
habrá que implementarlas en clave de
emergencia.

Ahora es insoslayable. Y el énfasis sin soslayar
la envergadura global de la cuestión, debe ponerse en el
área metropolitana de Buenos Aires. Ahora, ya no resulta
tan descabellado, promover su desconcentración
demográfica(o su "polderización", alternativa que
nos desagrada, pero que no descartamos), como cuando allá
por 1978, Augusto Compareid, sostenía que se debía
cambiar la Capital
Federal a otro lugar, ante el derretimiento de los hielos
antárticos. Aquello que parecía
ciencia
ficción hoy es una hipótesis consistente.

 El tercero de los conceptos que incluimos en el
titulo de esta comunicación es el de
"neorruralización".Desde ya que como en el caso de los dos
anteriores, los limites de los mismos son difusos,
plásticos, y polimorfos, siempre transitando por el
sendero del esbozo monográfico.

En los Estados Unidos
país sindicado como uno de los mayores generadores del
dióxido de carbono que
genera el calentamiento
global, por el empleo intensivo de hidrocarburos que en su
mayoría no provienen de yacimientos propios, se dan desde
hace tiempo muchas iniciativas alternativas para atenuar o
eliminar los efectos nocivos de estos megaproblemas. Así
han acuñado en fecha relativamente reciente el concepto de
"relocalizing", que es muy similar al que nosotros denominamos
"Neorruralización", aproximadamente desde 1996. Al mismo
llegamos luego de una retahíla de desarrollos que
arrancaron allá por 1990, postulando la vuelta a la
Economía Doméstica, Casera u Hogareña, para
paliar o complementar las respuestas que no daba el sistema
productivo argentino, en materia de "empleos dignos". Partiendo
del sistema de asentamientos humanos bosquejado por las primeras
trece fundaciones españolas y desplegado por la red
ferroviaria entre 1880 y 1914, entendíamos y entendemos
que, esa disposición debe ser respetada en lo cualitativo,
más modificada cuantitativamente. En pocas palabras que
debería operarse una migración
desde la saturada y ecológicamente vulnerable Área
metropolitana de Buenos Aires a los componentes de esa red de
asentamientos, la mayoría de ellos con infraestructuras
subutilizadas o susceptibles de incremento o perfeccionamiento.
Tanto el "Inventario de
Recursos
Naturales", elaborado en la década del 60 por el
Consejo Federal de Inversiones,
como la zonificación ecológica, elaborada por el
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria en los 70,
sustentan propuestas de este estilo. Somos reiterativos que la
zonificación postal realizada en 1975, que dio como
resultado casi dos mil circuitos
postales fuera
del área metropolitana de Buenos Aires permiten
resignificarlos como minirredes de asentamientos urbanos de mucho
potencial para los desarrollos de las comunidades comprendidas
por cada una de ellas. En cada circuito postal la interacción de las personas encuadradas en
las entidades de bien publico de primer grado; en las escuelas
primarias y secundarias y en los Municipios, tiene en marcha
redes que
están en capacidad y aptitud para generar calidad de
vida tanto para los que ya viven en ellas, como para los que
habrían de migrar hacia allí desde el Área
en riesgo (A efectos de no complejizar mas no hacemos extensivas
estas consideraciones, a las otras áreas metropolitanas
del país, aunque análisis mas finos y transdisciplinarios no
debieran soslayarlas).

No resulta fácil por múltiples motivos
inducir migraciones. Las que se producen son espontáneas y
no son precisamente de magnitud hacia los asentamientos que
aquí se sugieren. De todos modos hay una incipiente
tendencia de gente que saturada del deterioro de la calidad de
vida del área cuestionada, ha comenzado a migrar.
Según nuestras averiguaciones, el único tipo de
personas que presenta menos dificultades para migrar serian los
jubilados, los pensionados y los empleados públicos.
Porque ellos ya tiene aseguradas jubilaciones, pensiones o
remuneraciones, y
servicios sociales.

Si alguno de los que lean este desarrollo, conoce alguno
de los anteriores de nuestra autoría, percibiría
que estamos diciendo más o menos lo mismo que venimos
diciendo de mucho tiempo atrás. La novedad esta dada en
que lo que antes parecía como una posibilidad lejana, se
ha convertido en una probabilidad
cercana. Percibimos que en nuestras respectivas parábolas
existenciales se plantearan estas cuestiones y entendemos que
desarrollos como estos puede ser aportantes de racionalidad al
momento de tener que tomar decisiones que hagan a la
situación de cada uno y sus respectivos entornos
familiares o comunitarios.

 Hemos venido transitando por el camino de los
pareceres o impresiones personales. En ese modo de entender las
cosas que hacen a la comunidad a la
que nos hallamos insertos, se nos hace que muchos
análisis, mucho mas asépticos y mejor formalizados
que el presente, soslayan y hasta menoscaban la cuestión
institucional. Sin perjuicio de reiterar que creemos en lo que
por propia iniciativa puedan hacer las personas individualmente,
en sus empresas o en las entidades de bien publico en que
complementen sus quehaceres, todo ello debe operarse en el marco
del Estado derecho a del que gozamos desde Diciembre de
1983.

Este sistema republicano, con división
cuatripartita de poderes, con partidos
políticos representativos con representación de
las minorías y cupo femenino y con autonomías
provinciales, municipales y universitarias, es el ámbito
institucional para procesar estos por demás complejos
problemas.

Se cuenta actualmente con un conjunto de normas para
abordar esta problemática, fundamentada en el Articulo 41
de la Constitución Nacional y desarrollada a
través de la ley nacional general del Ambiente
25.675. Las provincias se han dado sus respectivas leyes
ambientales y desde 1991, existe una vinculación entre
el estado
federal y las provincias a través del Consejo Federal el
Medio Ambiente, reforzado por el Pacto Federal ambiental de
1993.

Volviendo a los polos del espectro mencionados en primer
termino, puede tenerse la certeza que el polo que nuclea al G-8,
la OMC y el resto
del sistema de las Naciones Unidas hará sentir su
influencia para que las cuestiones que dan titulo a esta
colaboración se hagan a su modo. En este mundo sesgado por
la interdependencia y donde la "soberanía limitada", es mas que una frase
retórica, hará que decidir cada uno en
función de sus respectiva cosmovisión si asimila
acríticamente, las recetas generadas desde afuera, si se
las asimila creativamente o si se decide a resistirlas. Eso
está en la conciencia de cada persona. Nosotros
tan solo nos hemos limitado a esbozar muy gruesamente, estas que
son las cuestiones prioritarias. Creemos cumplir pues con la
responsabilidad social que se genera por haber
estudiado estas cuestiones y por percibir que no tiene la debida
divulgación por las "patéticas miserabilidades",
que coexisten con las actitudes
solidarias, que son las que a veces tornan casi milagroso, que
muchas cosas salgan adelante a pesar de las múltiples
inequidades que atraviesan a la Argentina.

Buenos Aires,  03 de diciembre de 2007

 

Por

Alfredo Armando Aguirre

Partes: 1, 2
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